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Descubrir los orígenes del trance a través de las culturas

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Si alguna vez has estado en una fiesta rave o en una noche tecno y has sentido que abandonabas tu propio cuerpo, debes saber que muchas personas de todo el mundo entran en trance gracias a la música. Los ritmos repetitivos combinados con bailes rotatorios prolongados tienen una forma de desconectar el cerebro y llevar a quienes se entregan a ella a un territorio misterioso. Embarquémonos juntos en un viaje psicodélico para descubrir culturas ancestrales expertas en estados alterados de conciencia.

Los objetivos del estado de trance

La palabra “trance” procede del verbo latino “transir”, que se utilizaba en la Edad Media para significar dejar, pasar, pasar de largo. Hoy se utiliza para describir una poderosa sensación de flotar más allá de las realidades de la vida cotidiana, que te permite descomprimirte y evadirte del mundo real. Los aficionados a la música tecno y a las fiestas salvajes al aire libre lo saben todo sobre esta sensación de evasión. Hipnotizados por los graves máximos y los movimientos corporales que hacen girar la cabeza, generalmente consiguen sumergirse en una profunda sensación de bienestar y una euforia colectiva unificadora que les proporciona una felicidad temporal especialmente intensa. Otras sustancias psicoactivas como el cannabis, las setas alucinógenas y las metanfetaminas les ayudan a conseguirlo. Entre los distintos pueblos que practican el mismo tipo de actividad, los objetivos son ligeramente distintos. Estas personas están más interesadas en comunicarse con los espíritus, hablar con los antepasados y curar ciertas dolencias físicas o psicológicas que en el aspecto recreativo descrito anteriormente. He aquí algunos ejemplos de rituales tradicionales en los que el trance desempeña un papel predominante.

Las danzas espirituales de los derviches giratorios

Comencemos nuestro viaje entre pueblos que entran en trance a través de la música y la danza con una escala en Turquía. Este país de mayoría musulmana es el hogar de los sufíes de laorden Mevlevi. Se les conoce como los derviches giratorios. Para acercarse a Dios y sentir su presencia de forma más tangible, se reúnen en grupos y realizan rotaciones en el sentido de las agujas del reloj para simular el movimiento de los planetas alrededor del sol. Van vestidos con largas túnicas blancas que representan la mortaja de la vida terrenal. Una música melancólica de flautas y tambores y cánticos religiosos les acompañan durante todo su ritual. Juntos, estos elementos crean una armonía perfecta en la asamblea y realzan la espiritualidad del momento. Los monjes tibetanos, mediante la danza “Cham”, realizan el mismo tipo de ceremonia cuidadosamente codificada para entrar en contacto con sus deidades.

Conmemoraciones aborígenes australianas

Cuando observamos las costumbres ancestrales de los habitantes históricos de las tierras australianas, comúnmente conocidos como aborígenes, descubrimos que estos hombres y mujeres, que siguen siendo en gran parte desconocidos en Francia, siempre han tenido la costumbre de celebrar la memoria de sus mayores entrando en trance. Alborozados por las notas del didgeridoo y el ritmo trepidante de los palos agitados, cantan, gritan y bailan durante horas y horas con el objetivo de reconectar con sus seres queridos difuntos. Los estados alterados de conciencia que alcanzan de este modo les traen recuerdos enterrados que son difíciles de sacar a la luz en condiciones normales. Buscan anclarse en la tierra para beneficiarse de su energía creativa. Durante estas conmemoraciones tan especiales, los líderes de la comunidad también pronuncian discursos. Relatan leyendas e historias relacionadas con el difunto. Algunos participantes afirman incluso recibir visiones o mensajes del otro mundo, que transmiten a sus compañeros como consejos para resolver sus problemas actuales.

Tratamientos chamánicos

El último gran beneficio del trance y de los estados alterados de conciencia que implica es la curación de patologías obstinadas que la medicina moderna tiene grandes dificultades para tratar. Muchos occidentales viajan a Sudamérica para beneficiarse de los conocimientos históricos de los chamanes locales y encontrar alivio a sus dolencias. Tribus como los shipibo-conibo de Perú, los shuar de Ecuador y los yawanawá de Brasil practican el famoso ritual de la ayahuasca. Esta decocción de plantas tiene un potente efecto alucinógeno. Combinada con música y cánticos cantados en bucle, transporta a sus usuarios a zonas inexploradas de su cerebro. Esta meditación profunda a veces les ayuda a comprender y superar sus traumas no expresados. Lecciones que podrían haber tardado varios años en aprenderse mediante psicoterapia se aprenden en sólo unas horas durante un viaje iniciático a la selva amazónica.

La próxima vez que te dejes llevar por los decibelios de la arena de un festival y pierdas el equilibrio, recuerda que esta sensación no es sorprendente. De hecho, es algo que se ha buscado en todo el mundo desde tiempos inmemoriales. Si consigues dominarla, como las personas que entran en trance para curarse o meditar, sentirás todos sus beneficios para la salud. No olvides que una buena música y la implicación total de tu cuerpo en el momento son más que suficientes para llevarte de viaje. Los estimulantes son sólo extras, y puedes prescindir de ellos.

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